Si nos remitimos a la filmografía reciente de Juan José Campanella nos encontramos títulos como “Luna de Avellaneda”, “El Hijo de la Novia” o “El mismo amor, la misma lluvia”, todas ellas enmarcadas de una u otra manera en distintas facetas del amor. Sabiendo esto, tal vez, el título de su última película, “El secreto de sus ojos”, nos pueda llevar a la confusión y creer que el realizador argentino, retoma los temas de sus anteriores trabajos. Nos equivocamos. O al menos, nos equivocamos a medias.
“El secreto de sus ojos” cuenta la historia de Benjamín Espósito, funcionario de un Juzgado de Instrucción, al borde de la jubilación que se empeña en escribir una novela basada en un caso que le conmovió treinta años antes, del cual fue testigo y protagonista. Su obsesión por el brutal asesinato ocurrido en la argentina de los años 70 lo lleva a revivir el pasado, trayendo al presente no sólo la violencia del crimen, sino también una profunda y silenciosa historia de amor.
Con esta sinopsis, Campanella nos trae un film que mezcla a la perfección el cine Noir, detectivesco con las profundas historias de amor que tanto le gustan, y lo hace con una maestría apabullante, con un guión milimétrico, y unos actores en estado de gracia, que hacen que el film tenga un cierto aroma a clásico instantáneo.
De verdad, olvídense de lo visto en sus anteriores films, porque “El secreto de sus ojos” marca un punto y aparte en la filmografía de este artesano del cine. A partir de un magnifico guión (obra suya y del autor de la novela en que se basa), con unos diálogos brillantes, dando a partes iguales, intriga, amor y humor, nos metemos de lleno en un entramado que mezcla presente y pasado, a base de miradas, miradas que pesan mucho más que las palabras, miradas con las que el espectador consigue empatizar a los cinco minutos de metraje, y además de todo, demostrando que el señor Campanella sabe lo que se hace (Sólo hay que ver el increíble plano secuencia del campo de futbol).
Ricardo Darín, como siempre esta impresionante, al igual que su compañera Soledad Villamil (Actriz nominada, incomprensiblemente, al Goya a Mejor Actriz Revelación este año, cuando es bien sabido de su carrera cinematográfica). Pero me gustaría destacar a dos personajes que me parecieron absolutamente conmovedores. Uno de ellos es el que encarna el actor Pablo Rago, el marido de la chica brutalmente violada y asesina. Un personaje que refleja en sus ojos el amor mas profundo y sincero, que poco a poco va tornándose en desesperación y desolación. El otro personaje es el que interpreta Guillermo Francela, Sandoval, o como podría llamarse, el Sancho Panza de Benjamín. Solo diré una cosa. Creo que es la mejor borrachera que he visto en mi vida en una sala de cine.
En resumen, una película muy recomendable, de la que sales del cine con la sensación de haber hecho una buena inversión monetaria (8 euros entrar a una sala de cine…Madre MIA), cosa que en los tiempos que corren, a veces se convierte en quimera.
Lo único que debo achacar, y no tengo muy claro a quien, pero presupongo que deberá ser a la academia de cine español, es su extraña participación en los Goya, aunque de esto ya hablaremos en próximas entradas.
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